El Gobierno de Claudia Sheinbaum logró apaciguar a Donald Trump en lo que parecía una nueva crisis bilateral, en esta ocasión provocada por un tratado de más de 80 años de existencia.

Bajo un clima de presión pública y diplomática, México y Estados Unidos anunciaron esta semana un acuerdo para encarar el déficit de agua acumulado bajo el Tratado de Aguas de 1944, después de días de reuniones técnicas, llamados de gobernadores texanos y amagos públicos del presidente estadounidense.

El pacto busca, ahora, una entrega escalonada que atenúe el impacto en comunidades agrícolas de ambos lados y evite la escalada de sanciones comerciales anunciada por la Casa Blanca.

La negociación comenzó con una exigencia pública: el presidente Donald Trump señaló a México como incumplidor del tratado y l

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