Tres negocios comparten gastos en un local de la lujosa colonia de Ciudad de México. El nuevo dueño del establecimiento exige un aumento severo de la renta, y la frutera busca soluciones ‘in extremis’ para mantener el negocio

El padre de Sthefany Barrientos siempre le dijo que dejara sus problemas en casa, que el trabajo era otra cosa. Es por ello que ahora mantiene una sonrisa amable, con la que esconde la angustia que le ha atormentado estos últimos meses. El dueño del local en el que su frutería y otros dos pequeños negocios de barrio comparten gastos en Polanco, el adinerado barrio en el poniente de Ciudad de México, les dijo en abril que les aumentaría la ya de por sí costosa renta , de 80.000 a 150.000 pesos (8.170 dólares). “El contrato siempre es por un año. Esta vez fue así de

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