EL presidente no se inmuta. Ya no dice que los medios de comunicación de la ultraderecha han emprendido una campaña insidiosa contra el Gobierno y contra el partido, pero actúa como si las noticias sobre la corrupción, diarias, no le parecieran motivo suficiente para escandalizarse, y aún menos motivo para dimitir o para convocar elecciones. Sigue empeñado en cumplir la legislatura. Se le ve menos afectado por la corrupción que por los casos de acoso sexual que surgen cada día, lo que tiene mucho que ver con su compromiso sincero con el feminismo y la defensa de la igualdad y los derechos de la mujer. Respecto a la corrupción, transmite la idea de que en política, sobre todo en el Gobierno, es imposible controlar a tantas personas que ejercen el poder desde esferas muy distintas. Sólo reac

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