Existe una enorme distancia entre la mentalidad del “viejo poder“, propia de la mayoría de políticos y analistas de mentalidad tradicional, y las percepciones de la vida de la mayor parte de la población.

Los primeros discuten sobre lo que les interesa: si vuelve Cristina o si va a la cárcel, si Milei está salvando a la Argentina o si debe ser derribado. Sus ofertas de campaña siguen siendo las de hace diez años, pertenecen a una película antigua. Los cómicos arrebatos de los legisladores cuando juraron sus bancas son parte de un circo de pueblo que aburre.

La gran pregunta es: ¿qué mueve a los votantes de Milei, Trump, Mamdani, Castillo, que saliendo de esa lógica ganan las elecciones? ¿Cuál es la diferencia de los dos tipos de espectáculo? James Carville, el consultor que inició una nu

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