En la solapa trasera de los dos libros que acabo de leer de Arde ediciones -siempre es una alegría que surjan nuevos proyectos en estas épocas oscuras- se lee: “Arde ediciones es la editorial de los graduados y graduadas en Artes de la escritura de la Universidad Nacional de las Artes. La editorial existe por amor a la escritura”. Esta última frase, que puede parecer cursi, ingenua, es sin embargo crucial: sin el amor a la escritura, que bien podría reformularse como el amor a la lectura, no queda nada, o mejor dicho, queda solo el mercado como único horizonte de nuestra época. Es cierto que en nombre de ese amor se han escritos libros que no lo demuestran, así como hay lectores que a veces tampoco parecen serlo. Pero no importa, ese amor, con todos sus riesgos, es la contraseña de una com

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