Como parte de mi consulta habitual suelo pedir a los pacientes que me digan su peso máximo (excluyendo el embarazo), su peso mínimo y su peso ideal. Por lo general no dudan en responder a estas preguntas básicas, pero el viernes pasado vi a una mujer que seis meses antes se había mostrado muy sorprendida cuando le pregunté por su peso ideal. Arqueó una ceja y me informó educadamente que su proceso de pérdida de peso no tenía nada que ver con la estética. [ 1 ]
Por tanto, su peso corporal ideal era el que le permitiera resolver su síndrome metabólico (hipertensión arterial, prediabetes, colesterol alto) y la apnea del sueño. Prefería no pesarse y no quería el estrés de intentar alcanzar un objetivo de peso arbitrario. Aunque era algo inusual para mi población de pacientes, no podía di