Es difícil pensar en un partido de oposición que esté siquiera cerca de obtener algo parecido a la estructura con la que competirá el oficialismo.
El partido fundado por López Obrador ha entrado en una etapa de institucionalización que lo convertirá en la maquinaria electoral más importante del país y le garantizará triunfos en por lo menos los dos siguientes comicios, la elección intermedia de 2027 y la presidencial de 2030.
No hay duda de que Morena está construyendo una estructura sin precedentes que sólo puede ser comparable con la que existía en tiempos del PRI hegemónico, con la diferencia de que la está logrando en condiciones de pluralidad y fragmentación política en lo local.
Los esfuerzos los encabeza la presidenta nacional del partido, Luisa María Alcalde, pero no es casualid