Cada año la especie humana que tiene el idioma español como lengua materna o adoptada, unos 543 millones de hispanohablantes aproximadamente, se vuelca en regocijada algarabía a celebrar el 23 de abril, el Día del Libro y del idioma de Cervantes como una forma superior de recordarle al resto de los seres humanos que hablan otros idiomas que nacer y crecer (leer y escribir en español) es un privilegio que enorgullece y enaltece a quien se hace acreedor de dicha lengua cada día más profusamente adoptada por cientos de miles e incluso millones de hablantes.
Pienso en el relativo crecimiento de la cada vez más creciente legión de traductores del español a otros idiomas. Especialmente pienso en quienes dejan sus mejores horas, días y años en la sagrada tarea de trasladar el sentido de ingentes