Estados Unidos incrementó su capacidad militar en el sur del Caribe como parte de su estrategia contra los cárteles de drogas en Latinoamérica, según funcionarios citados por el Miami Herald.

El despliegue incluyó la llegada del crucero lanzamisiles USS Lake Erie y del submarino de ataque rápido de propulsión nuclear USS Newport News, sumándose a buques anfibios como el San Antonio, Iwo Jima y Fort Lauderdale, que podrían posicionarse frente a la costa norte de Venezuela. Estas embarcaciones transportan alrededor de 4.500 efectivos, incluidos 2.200 marines entrenados para respuestas rápidas, y operarán junto a destructores clase Arleigh Burke —Sampson, Jason Dunham y Gravely— equipados con misiles de crucero, misiles estándar para defensa aérea y torpedos antisubmarinos.

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