León, Guanajuato.- Hace ocho años, María Elena Ortega Rosales recibió una segunda oportunidad de vida al someterse a un trasplante de riñón. Decidió aprovecharla para servir a los demás y se unió al Cuerpo de Bomberos de Silao.

En entrevista con AM , Elena, de 36 años, compartió que ser una persona trasplantada no le ha impedido desempeñarse como paramédica y bombera. Además, mantiene su tratamiento para evitar complicaciones en su salud.

“Estoy por terminar la licenciatura en Enfermería. Cuando tenemos un trasplante de riñón, los médicos nos indican los cuidados que debemos tener. En mi caso, los doctores, tanto el nefrólogo como el cirujano, han sido muy ‘barcos’ conmigo, porque me han permitido de todo, siempre y cuando me cuide”, explicó.

“Sé lo que tengo y a lo que me arries

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