Por Andrés Schuschny
En los últimos años, los avances en eficiencia y abaratamiento de la tecnología de generación eléctrica fotovoltaica han cambiado sustancialmente la forma en que producimos el fluido eléctrico. Las celdas fotovoltaicas han dejado de ser utilizadas exclusivamente en los grandes paneles instalados en tejados o parques solares para ser incorporadas en una gran variedad de dispositivos de uso cotidiano de bajo consumo de corriente continua. Muchos de estos dispositivos se integran con baterías recargables internas que permiten su uso incluso en ausencia de luz. Se trata de productos especialmente útiles en zonas donde el acceso a la red eléctrica es limitado.
Los dispositivos alimentados por celdas solares son tan variados como sus aplicaciones. Entre los más comunes enc