No es la primera vez que Donald Trump envía sus barcos de guerra al Caribe. En 2020 ya lanzó una operación contra el narcotráfico con un despliegue naval, aunque entonces no se identificó como una posible operación para un cambio de régimen en Venezuela como ha sucedido ahora, cuando el Pentágono ha puesto en la zona otra vez una poderosa flota con tres destructores, dos buques de desembarco, uno de asalto anfibio, un crucero y otro de combate litoral. El espectro de la invasión norteamericana de Panamá en diciembre de 1989, que culminó con la captura del dictador Manuel Antonio Noriega , se ha convertido ahora en una esperanza para algunas de las víctimas del venezolano Nicolás Maduro . Lamentablemente las diferencias entre ambos casos hacen poco probable que Trump pueda ahora dar la orde

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