
El caso de Matilde Muñoz Cazorla , la española de 72 años desaparecida a principios de julio en la isla indonesia de Lombok, ha terminado de la forma más dolorosa. Tras dos meses de incertidumbre , las autoridades confirmaron el hallazgo de su cuerpo en una playa cercana al hotel en el que se alojaba. Horas después, la Policía anunció la detención de dos hombres que confesaron haber planeado y ejecutado su asesinato .
Una viajera experimentada en Asia
Natural de Ferrol (La Coruña) y residente en Baleares, Matilde Muñoz era una apasionada de los viajes. Durante los últimos años había recorrido con frecuencia países del sudeste asiático en compañía de amigas, compartiendo siempre sus itinerarios con familiares y allegados. Lombok era un destino habitual para ella: este era el cuarto año consecutivo que se alojaba en el Hotel Bumi Aditya, en la costa de Senggigi , donde ya había pagado 20 noches por adelantado.
Su entorno la describe como una mujer activa, comunicativa y muy cuidadosa con sus rutinas. Por eso la alarma se encendió de inmediato cuando, tras enviar un mensaje de voz a su cuñado el 29 de junio para felicitarle el cumpleaños, dejó de responder llamadas y mensajes.
Mensajes sospechosos y primeras dudas
El 6 de julio, varios días después de perder contacto, desde el teléfono de Matilde se envió un mensaje a una empleada del hotel asegurando que debía marcharse con urgencia a Laos . El texto estaba escrito en inglés, pero con errores ortográficos impropios de ella, que era profesora del idioma. La familia lo consideró desde el principio una coartada fabricada .
Las sospechas crecieron cuando, semanas después, pertenencias personales de Matilde fueron encontradas en la basura del hotel : ropa, libros, anotaciones y una mochila. Sin embargo, faltaban objetos clave como el pasaporte, las tarjetas bancarias y el teléfono móvil.
Una investigación lenta y plagada de irregularidades
Los familiares denunciaron la pasividad inicial de las autoridades locales . La Policía indonesia no abrió una investigación formal hasta el 13 de agosto, tras la presión de la Embajada de España y varias denuncias interpuestas en Girona y Madrid. Además, la Policía Científica tardó semanas en inspeccionar la habitación donde ella se hospedaba, y en un primer momento fueron conducidos a la habitación equivocada.
El sobrino de Matilde, Ignacio Vilariño , portavoz de la familia, denunció reiteradamente las contradicciones de los empleados del hotel, a quienes considera cómplices o encubridores. «Las mentiras y despistes de quienes regentan el hotel muestran que están en el ajo», declaró.
Hallazgo del cuerpo y confesión de los asesinos
El pasado sábado 30 de agosto , la Policía de Lombok anunció el hallazgo del cadáver enterrado en una playa cercana al hotel . Poco después se confirmó la detención de dos hombres, de 34 y 30 años , acusados de homicidio premeditado y robo con violencia .
Según la investigación, ambos accedieron a la habitación de la española a través de una ventana con la intención de robar y acabaron asfixiándola. Posteriormente, ocultaron el cuerpo en la playa e intentaron simular que había abandonado la isla.
Dolor y exigencia de justicia
La familia recibió la noticia con enorme dolor, pero también con un llamado a que se haga justicia . «Es imposible que se haya marchado por voluntad propia. Mi tía reportaba todos sus movimientos y jamás dejaba de contestar», recordó Vilariño.
Los allegados insisten en que la investigación debe aclarar si hubo más personas implicadas , especialmente entre el personal del hotel, y exigen mayor implicación de las autoridades españolas en el proceso judicial.