
España atraviesa un parón político y económico sin precedentes. La falta de Presupuestos Generales del Estado durante más de 609 días ha convertido al país en un terreno incierto para los inversores internacionales, mientras una treintena de proyectos legislativos sigue atascada en el Congreso.
La incertidumbre es total. Los despachos de inversión internacionales miran hacia Madrid con recelo, temiendo un cambio abrupto en las reglas del juego. “ España es un magnífico destino para invertir, pero el problema es exclusivamente político . Eso es lo que espanta al capital extranjero”, reconoce un empresario del sector financiero que conoce bien el pulso de los fondos internacionales.
Dos años sin Presupuestos: una economía en piloto automático
Desde el 1 de enero de 2024 , España funciona con las últimas cuentas prorrogadas, aprobadas en diciembre de 2022. Este vacío presupuestario impide que el Gobierno adapte el gasto público a las necesidades actuales, dejando al país en una suerte de gobierno por inercia .
La consecuencia es que Pedro Sánchez depende de pactos puntuales con sus socios parlamentarios, gobernando “a trompicones”, condicionado por los intereses de partidos minoritarios. La ausencia de nuevas cuentas no solo afecta a la inversión pública en infraestructuras, vivienda o defensa, sino que también transmite un mensaje de fragilidad institucional hacia el exterior.
33 leyes bloqueadas: reformas en el limbo
El inicio del curso político llega con 33 proyectos de ley pendientes de debate en el Congreso. Entre ellos se encuentra una de las medidas más polémicas: la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas , impulsada por la ministra Yolanda Díaz .
Aunque la reforma laboral podría aprobarse en el Parlamento, lo que preocupa a las empresas es la incertidumbre regulatoria y la falta de consenso. “La reducción unilateral de la jornada supondría un aumento de costes superior al 10% en algunos sectores”, advierte Francisco Aranda , presidente de la patronal UNO Logística , quien acusa al Gobierno de legislar “a espaldas del diálogo social”.
Además de la jornada laboral, otras reformas clave siguen en suspenso: la ley de vivienda , los cambios en sanidad , el cupo catalán y la condonación de deuda autonómica . Esta última, confirmada por María Jesús Montero , será aprobada en el primer Consejo de Ministros tras el verano, alimentando nuevas tensiones territoriales.
La inversión extranjera se enfría
Los efectos de esta parálisis política ya se dejan notar en las cifras. Según el Instituto de Estudios Económicos (IEE) , la inversión extranjera directa en España cayó un 45% en el primer trimestre de 2025 respecto a niveles prepandemia, lastrada por el retroceso del capital estadounidense y europeo.
El Índice Kearney de Confianza para la Inversión Extranjera Directa refleja este deterioro: España ha descendido al puesto 11 de 25 , perdiendo atractivo frente a otros destinos europeos. Además, el IEE alerta de que el sistema tributario español es uno de los más complejos de Europa, comparable al de Turquía o Armenia, lo que añade trabas burocráticas a la iniciativa empresarial.
Un otoño caliente: política y economía al límite
El panorama se complica con las advertencias de Carles Puigdemont , quien ha asegurado que “antes del invierno sucederán cosas nunca vistas hasta ahora”. Sus palabras, interpretadas como una nueva amenaza de desestabilización, añaden más incertidumbre a la legislatura.
Mientras tanto, los inversores se mantienen en ‘stand by’ , esperando señales claras de estabilidad política. Pero con un Parlamento fragmentado y un Gobierno obligado a ceder constantemente a sus socios , las perspectivas a corto plazo no son halagüeñas.