Desde la pandemia hasta la actualidad, la política monetaria de la Reserva Federal vivió una de las etapas más intensas de su historia reciente. Con el doble mandato como guía, la premisa parecía sencilla: bajar la tasa cuando el riesgo se asociaba al empleo y elevarla cuando la amenaza emanaba de la inflación.

Tras el shock del Covid-19, la Fed redujo la tasa de referencia a 0% anual y, posteriormente, aplicó el ciclo de subas más agresivo en cuatro décadas: entre marzo de 2022 y julio de 2023, elevó la Fed Funds rate más de 500 puntos básicos hasta un rango de 5,25%–5,50% anual.

Ese endurecimiento revirtió la dinámica de precios. La inflación PCE, favorita del organismo, había escalado hasta 7% interanual a mediados de 2022, pero retrocedió de manera sostenida hasta cerrar diciembre

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