Un error de diagnóstico y sus circunstancias, finalmente afortunadas, interrumpieron por un corto tiempo mi proceso inmigratorio en Venezuela y me obligaron a regresar a España; lo narré en un artículo anterior (ver «La Inmigración, y 4, en https://bit.ly/41hhSv ); pero, ese regreso me permitió también reencontrarme con mis abuelos, tíos y primos y conocer esa España −y sobre todo Asturias− que había dejado atrás, que no había tenido oportunidad de conocer. La reconstrucción en la memoria de ese periodo, corto pero muy intenso, es lo que inicio con este artículo, comenzando ahora por diferenciar lo que recuerdo de España, antes de viajar a Venezuela en 1956, de los recuerdos que quedaron grabados en mi vida con el regreso en 1958 y el reencuentro con una vida muy distinta a la que

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