Cuarenta y dos kilómetros. Origen y destino claramente definidos, planeados, estructurados. El XLII Maratón de la Ciudad de México mostró una capital valorada en las multitudes festivas, de atletas y ciudadanía, así como en la capacidad del gobierno para acompañar y garantizar seguridad a quienes se apropian del espacio público.

Por primera vez, una unidad móvil del Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano (C5) estuvo presente en la ruta. Ese gesto, aparentemente técnico, revela que el aparato de seguridad más sofisticado del país dejó de ser un dispositivo de control distante y va a territorio, a la par de los atletas, de la ciudadanía.

El maratón es disciplina, resistencia, constancia. Quienes lo corren, como los etíopes Gudeta Borech y Tadu Abate Deme,

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