-Che, a vos te pagaron de la editorial? -No, nada. ¿y a vos te editaron las partituras? Nada, tampoco. Pero así eran las cosas entre los jóvenes músicos en la Argentina de comienzos de los ‘70. Talentosos, creativos e inquietos, todos ellos estaban haciendo algo grande: el rock nacional.

Todos se preguntaban lo mismo porque a todos les pasaba lo mismo: eran mal pagos o directamente estafados por las discográficas que dominaban el negocio. Un día, un puñado de talentosos músicos, amigos entre sí, se propusieron hacer algo al respecto. Y lo que se les ocurrió fue editarse a sí mismos. O, lo que era lo mismo, crear su propio sello y ser parte del negocio para que nadie seguir haciendo negocios con su música.

Para sorpresa de nadie, el proyecto editorial en manos de los propios músicos no p

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