Hay series que no deberían volver. No así: resucitadas con torpeza, sin alma, convertidas en souvenirs hormonados de sí mismas. And Just Like That no es la continuación de Sexo en Nueva York, es su parodia institucional. Un proyecto decolonial con Botox, empotrado a la fuerza en el algoritmo de los nuevos tiempos. Un monumento a la culpa, a la corrección, al empobrecimiento del ingenio. Una falsificación tan bien financiada como mal escrita.

Las que éramos fans no lo éramos por el vestuario ni por los cócteles, bueno... Sobre todo lo éramos por el descaro, por la conversación inteligente entre amigas, por Samantha. Por los polvos malísimos. Por los buenos también. Por las contradicciones que no necesitaban un discurso universitario para justificarse. Por el narcisismo bendito, el egoísmo

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