La vida está llena de paradojas. Hace un tiempo, Puigdemont , pero unos pocos escaños en el Congreso y bastantes más en el Parlamento de Cataluña le han convertido en el hombre más deseado por Sánchez y sus colaboradores. Es una figura clave para la gobernabilidad. Por supuesto, no importa que sea el líder de un partido de derechas al que ya no se considera un nido de racistas. A ninguno de ellos se les ocurriría detenerlo y entregarlo al juez para que lo metan en la cárcel. Ahora es importante el diálogo, porque es la base de la democracia. No se ha producido ningún gesto del expresidente catalán y, por supuesto, ningún arrepentimiento, ya que ha conseguido imponer su relato. Con Sánchez nunca hay que sorprenderse ante sus decisiones, su incoherencia y sus mentiras, porque es consustancia
La exaltación de Puigdemont

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