Conducir un vehículo implica una gran responsabilidad, ya que requiere conocimientos, habilidades y un compromiso para respetar las normas de tránsito. Cuando menores de edad toman el volante sin la debida autorización ni experiencia, se incrementan considerablemente los riesgos. De esta manera, la falta de control y la imprudencia pueden desencadenar accidentes graves con consecuencias fatales .

Además, los menores suelen subestimar el peligro que implica manejar, lo que los lleva a realizar maniobras riesgosas o a adoptar conductas temerarias que ponen en peligro su integridad y la de otros. El desconocimiento de las normas de tránsito y la inexperiencia dificultan la toma de decisiones correctas en situaciones de emergencia, aumentando la probabilidad de incidentes.

El pasado jueves

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