Se acaba de celebrar en Tianjin la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), conocida por algunos analistas como Alianza del Pacífico Norte, foro de seguridad y contrapeso a la OTAN que engloba a una decena de países cuyas cabezas más visibles son China, Rusia e India. Delegaciones euroasiáticas se han reunido con la idea de avanzar en la búsqueda de una opción diferente al sistema de seguridad euroatlántico, que consideran «obsoleto», desarrollando uno propio que por ahora no es «militar», aunque a nadie se le escapa que ese es el principal objetivo de sus principales asociados.
La OCS insiste en su carácter de «organización para la cooperación», pero entre sus resoluciones figuran la condena a la creación de un sistema global de defensa antimisiles por EE.UU., el recha