Si la desafortunada expresión “no odiamos lo suficiente a los periodistas” no fuera de por sí un grave atropello a una de las profesiones que le dan vida y sustento a la vida republicana, la denuncia formulada ante la Justicia por el Gobierno nacional por una supuesta “operación de inteligencia ilegal con el fin de desestabilizar al país en plena campaña electoral" constituye la más grave de las intromisiones que se recuerde por parte del Poder Ejecutivo frente al ejercicio de la prensa libre.

La actividad periodística de modo alguno puede confundirse con una operación de inteligencia reñida con el marco jurídico que organiza la vida en comunidad, algo que cualquier individuo consustanciado con los valores republicanos debería saber distinguir. Y más aún si quien esgrime semejante de

See Full Page