El legendario salsero panameño Rubén Blades volvió a demostrar que su música sigue tan viva como siempre. En el Coliseo José Miguel Agrelot de San Juan, el ganador de múltiples premios Grammy sorprendió al público al subir al escenario durante la residencia No me quiero ir de aquí.
El ícono de la salsa interpretó junto a Bad Bunny el tema Baile inolvidable y, acto seguido, regaló a los presentes dos de sus clásicos más emblemáticos: Amor y control y Patria. La ovación que recibió confirmó la trascendencia de su mensaje, capaz de unir generaciones en torno a la música y la identidad latinoamericana.
Su participación marcó un momento culturalmente significativo para Panamá y Puerto Rico, países cuya relación musical se ha fortalecido en esta serie de conciertos. La presencia de Sech, otr