En pleno corazón de Santander, junto a comercios, cafeterías y turistas que pasean sin mirar al suelo, se encuentra uno de los edificios históricos más emblemáticos de la ciudad: el Mercado del Este . Inaugurado en 1839 , fue uno de los primeros mercados cubiertos de España y, en su momento, una revolución urbana para el comercio de productos locales e importados. Sin embargo, bajo sus robustos muros de piedra se oculta algo mucho más inquietante: una red de túneles y pasadizos subterráneos que ha alimentado el misterio durante casi dos siglos.

Un origen comercial con doble fondo

Durante la construcción del mercado se aprovecharon antiguos pasadizos que, según los registros, conectaban con el puerto de Santander y algunas bodegas subterráneas de la zona antigua. El objetivo era práctico: facilitar el acceso directo a productos como vino, sal o mercancía de ultramar , sin necesidad de atravesar las calles principales.

Pero lo que empezó como una solución logística práctica, pronto se vio envuelto en rumores. Vecinos y comerciantes comenzaron a hablar de caminos que llegaban hasta la Catedral , o incluso de conexiones con antiguos refugios de la época napoleónica. Los contrabandistas no tardaron en aparecer en las historias, envueltos en el humo del tabaco ilegal y el olor del ron caribeño .

El incendio de 1941 y las desapariciones

Durante el trágico incendio de Santander en 1941, varios testigos afirmaron haber visto figuras desaparecer entre el humo por trampillas ocultas en el suelo del mercado. Se habló de pasadizos usados por algunos comerciantes para proteger sus bienes o incluso escapar. Aunque estas historias nunca fueron confirmadas oficialmente, sí existen documentos de obras que, en reformas posteriores, encontraron muros de piedra húmeda y viejas estructuras bajo el edificio.

Ecos del pasado en la actualidad

Hoy, la mayoría de esos túneles están tapiados o enterrados , pero no han sido completamente olvidados. En reformas recientes, se han hallado accesos sellados, muros con arcos semicirculares y zonas de tierra removida que indican la existencia de cavidades ocultas. Algunos trabajadores afirman que, en ciertas zonas del subsuelo, el aire es frío y denso, y huele a piedra mojada y madera vieja .

Aunque no hay recorridos oficiales, los túneles del Mercado del Este siguen despertando la curiosidad de los santanderinos y de todo aquel que se siente atraído por los secretos urbanos . Se han propuesto iniciativas para estudiarlos arqueológicamente y recuperar parte del entramado como espacio histórico o museístico, pero por ahora, permanecen en silencio bajo el bullicio del presente.

Santander, como muchas ciudades con historia, guarda bajo sus calles una segunda ciudad. Una que, en este caso, se oculta bajo el Mercado del Este, donde el eco de pasos lejanos y leyendas sin cerrar aún resuena entre piedras dormidas.

@alfonsogonzalez2165 Los túneles bajo el Mercado del Este El Mercado del Este, inaugurado en 1839, fue uno de los primeros mercados cubiertos de España. Lo que casi nadie sabe es que, en su construcción, se aprovecharon viejos pasadizos que conectaban con la zona del puerto y con antiguas bodegas subterráneas. Los comerciantes los usaban para guardar vino, sal y productos llegados de ultramar. Pero pronto nacieron rumores: decían que algunos pasadizos se alargaban hasta la Catedral y que en ellos se refugiaban contrabandistas que traficaban con tabaco y ron. Durante el incendio de 1941, varios testigos aseguraron que, en medio del caos, vieron gente desaparecer por trampillas ocultas en el suelo del mercado. Hoy esos túneles están tapiados o enterrados, pero cada tanto, en obras o reformas, aparecen muros de piedra con aire húmedo, como si aún guardaran secretos del comercio clandestino de la Santander antigua. #historia #cantabria #leyenda ♬ Final Frontier - DPmusic