El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha presentado un ambicioso pacto de Estado para hacer frente a la emergencia climática en España. Este anuncio se realizó en el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, donde Sánchez destacó la necesidad de unidad tras un verano devastador por incendios que arrasaron 330.000 hectáreas y causaron cuatro muertes.
Las medidas propuestas se discutirán en el Consejo de Ministros y buscan involucrar a diversas administraciones, la comunidad científica y el sector ecologista. Según Sánchez, los incendios son resultado de una "política de prevención claramente insuficiente", una "gestión del territorio inadecuada" y una "emergencia climática" que intensifica la virulencia de los fuegos.
Entre las diez medidas clave, se incluye la creación de fondos permanentes para la recuperación de los municipios afectados, así como la necesidad de mantener recursos humanos y técnicos durante todo el año para prevenir y combatir eventos climáticos extremos. Sánchez enfatizó que "de nada sirve ahorrarse un euro en prevención si hay que gastarse cien en respuesta y mil en recuperación".
Una de las propuestas más destacadas es la creación de una Agencia Estatal de Protección Civil y Emergencias, que busca mejorar la coordinación en la gestión de emergencias. Sin embargo, esta iniciativa ha generado controversia, ya que algunos críticos la ven como un intento de recentralización.
El pacto enfrenta un contexto político complicado, con el Partido Popular (PP) rechazando la propuesta. Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, ha calificado las intenciones del Gobierno como una "cortina de humo" y ha negado cualquier credibilidad a Sánchez para liderar este tipo de iniciativas. Sin el apoyo del PP, que gobierna en muchas comunidades autónomas, el pacto podría no alcanzar su objetivo de ser un verdadero acuerdo de Estado.
Además, algunos aliados del PSOE han mostrado frialdad hacia la propuesta. Por ejemplo, Sumar ha pedido coherencia en las políticas del Gobierno, mientras que Podemos ha criticado el pacto como un ejercicio de "electoralismo barato". A pesar de estas tensiones, fuentes del Gobierno creen que la mayoría de los socios parlamentarios apoyarán el pacto para no alinearse con el PP y Vox, considerados parte del "bloque del negacionismo climático".