Los refrescos azucarados y con cafeína tienen consecuencias en la salud de los menores, como insomnio, ansiedad o mayor riesgo cardiovascular. Reducir su disponibilidad en casa y dar ejemplo consumiendo otras opciones está asociado con niveles de ingesta significativamente más bajos
Cada vez más niños y, sobre todo, adolescentes consumen bebidas de alto contenido en azúcares y cafeína, más si cabe en la época estival. Según los datos publicados el pasado mes de junio por la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia, existe un aumento de un 31% en la toma de bebidas energéticas entre los jóvenes desde 2018 hasta 2024, y, además, un 40% de los menores las consumen cada día. Y es que son muchos los padres que, desconociendo los perjuicios que tienen para la salud , permiten el con