Pedro Lacour
La noche del viernes en la Casa Rosada tuvo aire de intriga cortesana. Minutos después de que el streaming Carnaval difundiera los primeros audios atribuidos a Karina Milei, los despachos de Balcarce 50 se convirtieron en un escenario febril. La hermana del Presidente permanecía en el lugar, pero no en la sala donde se tramaba la respuesta: allí, en el despacho de Santiago Caputo, se reunían su mano derecha, Manuel Vidal, junto al vocero Manuel Adorni; el viceministro de Justicia, Sebastián Amerio, y, sobre todo, Santiago Viola. El apoderado de La Libertad Avanza se movía de un lado a otro como emisario permanente entre el asesor estrella y la Secretaria General de la Presidencia. Esa imagen, la de Viola entrando y saliendo, condensaba el estado de alarma de un poder que se s