El Gobierno de Javier Milei ha implementado un cambio significativo en la política cambiaria desde hoy. Esta decisión se produce tras la firma del último acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en abril. El nuevo enfoque consiste en intervenir en el mercado cambiario antes de que el dólar alcance el límite superior de la banda móvil acordada con el FMI. Esta medida busca evitar presiones sobre el tipo de cambio en un contexto de volatilidad preelectoral y tras varios reveses políticos para el oficialismo, incluido el escándalo de los audios.
La intervención marca un giro respecto a la libre flotación defendida por el ministro de Economía, Luis Caputo, en su presentación ante el FMI y los mercados. Economistas e inversores han señalado que el anuncio realizado por el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, implica dejar de lado uno de los pilares de la estrategia económica: la libre flotación de la divisa. Esta decisión ha generado preocupación en los mercados, evidenciada en la caída de bonos y acciones argentinas.
Hasta ahora, el Banco Central (BCRA) y el Tesoro habían aplicado estrategias indirectas para controlar el tipo de cambio. Estas incluían restringir la cantidad de pesos en circulación, mantener tasas de interés elevadas, incrementar la intervención en el mercado de futuros y endurecer las restricciones cambiarias a los bancos. El objetivo era evitar la intervención directa y cumplir con la promesa de mantener un régimen de banda, donde la intervención solo se realizaba al tocar el límite superior.
La nueva estrategia contempla el uso de dólares en poder del Gobierno, estimados en USD 1.700 millones, sin recurrir a los fondos del desembolso de USD 14.000 millones del FMI, según fuentes cercanas a las negociaciones. El Ministerio de Economía sostiene que estas intervenciones cuentan con la aprobación del FMI. Hasta junio, el Tesoro también poseía USD 372 millones en otras entidades financieras, según datos oficiales.
Alfredo Romano, presidente de Romano Group, considera que esta medida es una apuesta electoral. Explicó que el Gobierno prioriza la estabilidad del tipo de cambio hasta las elecciones, aunque advirtió que el monto disponible podría agotarse rápidamente si los resultados electorales son adversos. "La apuesta es netamente a un trade electoral. Si el Gobierno pierde la confianza de la ciudadanía, tendrá que convalidar un tipo de cambio más alto", afirmó Romano.
El análisis de otros especialistas también refleja preocupación. Christian Buteler, economista, opinó que la medida indica que el Gobierno prioriza contener el dólar antes de los comicios. Según su perspectiva, la estrategia anterior requería que el dólar alcanzara el techo de la banda para justificar la venta por parte del Banco Central. Buteler enfatizó que la decisión oficial contradice la postura sostenida desde el inicio de la gestión, señalando que el anuncio va en contra de lo que han afirmado desde el primer momento.