El Estado mexicano está admitiendo que es incapaz de garantizar que los criminales procesados por su sistema de justicia no sigan cometiendo delitos e incentivando la violencia desde las cárceles.
Como he advertido repetidamente , veo con preocupación que diversos analistas, políticos y funcionarios mexicanos enaltecen o, cuando menos, normalizan que nuestro gobierno esté “trasladando” —de manera irregular— a criminales a Estados Unidos para que sean procesados en el sistema de justicia de ese país. Incluso, la propia presidenta Sheinbaum y el secretario García Harfuch argumentan que los “envíos” de prisioneros responden a las falencias del sistema penitenciario de México, que es tan precario que los criminales pueden seguir delinquiendo desde las prisiones.
Me parece q