El reciente terremoto de magnitud 6.0 en Afganistán dejó a más de 1400 muertos y más de 3100 heridos solo en la provincia de Kunar, según cifras oficiales del gobierno talibán. A esto se suman más de 5000 viviendas destruidas.

La magnitud de la catástrofe no se mide únicamente en las víctimas mortales, sino en el impacto prolongado que tendrá sobre comunidades rurales que dependen de infraestructuras precarias. Con aldeas enteras derrumbadas y carreteras dañadas, el acceso a agua, alimentos y atención médica se vuelve cada vez más crítico, lo que amenaza con profundizar la emergencia humanitaria.

El terremoto que sacudió la provincia afgana de Kunar dejó pueblos enteros reducidos a escombros y familias enteras aniquiladas. En Ghaziabad, Abdul Latif, de 50 años, relató al medio Al Jazeera

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