Los conductores en el sector La Curiara e Inés Romero enfrentan serios problemas para transitar. Debido al deterioro de las vías principales, se ven obligados a utilizar calles alternas. A pesar de las difíciles condiciones, tanto transportistas como particulares continúan circulando por la zona. Los vecinos han tomado la iniciativa de llenar "permanentemente" algunas socavaciones con escombros, aunque estos esfuerzos solo duran entre "tres o dos días", según relata Jonathan Marcano, un trabajador local.
Marcano señala que los huecos en las vías han estado presentes durante años. "(Los huecos tienen) bastante tiempo en las vías principales. En algunos lugares, 5 años; en otros, 7; en otros, 10. Pero porque ha sido progresivo. Con el tiempo, el deterioro ha aumentado", explica. A pesar de que los residentes han presentado propuestas y denuncias para mejorar la situación, los problemas persisten. "Hay un plan de gobernación para asfaltar la avenida principal de 25 de marzo hasta Inés Romero, pero las calles del sector están bastante, bastante deterioradas, sobre todo las principales", añade.
Un ejemplo del mal estado de las vías es un "hueco profundísimo" en las cercanías del sector Villa Tablita, que obliga a los conductores a pasar por él. Marcano también menciona que el deterioro de las calles se debe a la falta de un servicio de agua adecuado. En el pasado, los vecinos conectaban sus viviendas a tuberías de la calle, pero con el tiempo, estas se erosionaron.
La intermitencia del servicio de agua es un problema recurrente en Inés Romero. Marcano describe el suministro como "irregular", sin horarios fijos. "Yo creo que hay manipulación de llave. O sea, alimentar a un sector y alimentar a otro sector otro día; por eso es que, me imagino, que eso depende de la maniobra humana. Entonces, lógicamente no hay un cronograma establecido", señala. La calidad del suministro también varía según la ubicación, afectando más a las zonas altas.
Para hacer frente a la escasez de agua, los vecinos recurren a cisternas que venden 1.000 litros de agua por Bs. 850. A través de redes sociales y movilizaciones, han elevado sus peticiones para mejorar los servicios básicos. Además, la acumulación de basura y el desbordamiento de cloacas complican aún más la vida diaria en el sector. "Después de muchas luchas, se logró que pasaran camiones de aseo. Sin embargo, no se dan abasto realmente. Todavía tú ves a personas que, por la acumulación de los desechos, tienen que pagar a otros para llevarse esa basura y la tiran en alguna área verde. Entonces, también genera focos de contaminación", concluye Marcano.