La España Negra cabalga en Calahorra y alienta el griterío de centenares de jóvenes: “¡Pedro Sánchez, hijo de puta!” . Ocurrió en las fiestas de la bella ciudad riojana y es la imagen lamentable del duro verano, que comparte con otros pueblos y otras calles de medio país. Es el camino de recuerdos mal visitados; el morir de tantas esperanzas.
Venimos de una sociedad irritada y vamos hacia una política agitada, lo que Pierre Rosanvallon llama la “democracia impolítica”, cuando esperamos demasiado del acuerdo de ayer entre Puigdemont e Illa ; en plena fiebre política de la Justicia. El populismo no es la solución, sino un síntoma. Una vez más, la mala espina se enroca en la paleta de Goya, vencida su carrera; el pintor visionario mezcló lo más abyecto y lo más grandioso, como cuent