La idea de que existen regiones privilegiadas dentro de la galaxia para la formación de mundos habitables no es nueva. Se las conoce como zonas habitables galácticas (GHZ, por sus siglas en inglés) y se inspiran en un concepto más antiguo: la “zona habitable estelar” , definida en la década de 1950 como la franja orbital donde un planeta puede mantener agua líquida en su superficie. Ahora, un equipo internacional de investigadores ha dado un paso más y se preguntó: ¿cómo influye la migración de estrellas —el movimiento de astros a través de la galaxia— en esas zonas donde podría florecer la vida compleja?
El trabajo, aceptado para publicación en la revista Astronomy & Astrophysics y disponible en el repositorio científico arXiv, aporta una visión novedosa que podría servir de