Hay gente que se entromete en el sueldo de Pepa Bueno. Envidia. Unos 265.000 euros al año por hacer un telediario afín y una entrevista, a la que llaman masaje, al presidente del Gobierno, no merece menos dinero. Con ese emolumento uno duerme más tranquilo, incluso contento. Qué no daría yo, que cantaba Rocío Jurado. Pepa hizo un buen trabajo a la altura de las expectativas de su jornal, trazó una montaña rusa que acabó en la pregunta final que bien merece incluso una propina. «Usted ha sido víctima de una campaña de deshumanización», claro, para acabar no había que preguntar sino desplegar con la lengua la alfombra roja para la respuesta. Entonces, Pedro Sánchez, la cara chupada por las circunstancias, la frente helada como un escenario de «Doctor Zhivago», diríase que de bótox herido, se

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