La recaudación se dispara un 60%, hasta 1.970 millones, tras las medidas del Gobierno para evitar las bonificaciones autonómicas del tributo
El Gobierno de coalición parece haber cumplido los objetivos que se marcó cuando, a finales de 2022, aprobó el nuevo impuesto de solidaridad sobre las grandes fortunas . La medida nació con una intención declarada a los cuatro vientos: anular las bonificaciones autonómicas en el gravamen de siempre, el impuesto de patrimonio. Y los números muestran que lo ha conseguido. La recaudación de este último se disparó en 2023 hasta los 1.970 millones de euros, un 58% más que el año anterior, cuando apenas alcanzó los 1.250 millones. El salto se explica por la reactivación del tributo original en varias comunidades autónomas —que hasta entonces lo mantenían