El 3 de septiembre de 1978 , la Plaza de San Pedro es testigo de la Misa Inaugural del Pontificado de Juan Pablo I , quien había sido elegido apenas una semana antes, el 26 de agosto. En su homilía, el nuevo Papa expresó con humildad su sorpresa por haber sido llamado desde una diócesis italiana a ocupar la Sede de Pedro, y agradeció la presencia de delegaciones internacionales como signo de confianza hacia la Iglesia y su misión universal. Con un estilo sencillo y cercano, invocó a la Virgen María como guía espiritual y reafirmó su compromiso con la paz, la justicia y el desarrollo humano, en continuidad con la obra de su predecesor, Pablo VI.
El Papa Juan Pablo I decidió no usar la tiara papal en su Misa Inaugural como gesto de humildad y renovación simbólica del papado al que cons