El presidente chino, Xi Jinping, presidió el desfile militar más grande de la historia de China, en la Plaza de Tiananmen en el que le acompañaron el presidente ruso, Vladímir Putin, y el líder norcoreano, Kim Jong Un. El presidente remarcó que el mundo se enfrenta a una elección entre la paz y la guerra.

Ausencia de Occidente La fastuosa celebración conmemoraba los 80 años de la derrota de Japón al final de la Segunda Guerra Mundial, un acto al que no asistieron líderes occidentales. Los invitados de honor fueron Putin y Kim, marginados en Occidente por la guerra en Ucrania y las ambiciones nucleares norcoreanas. El desfile buscó proyectar el poderío militar y la influencia diplomática de China, en un contexto de tensiones comerciales con Estados Unidos bajo la presidencia de Donald Trum

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