En los últimos años, los hospitales y centros de salud en América Latina se han convertido en uno de los blancos más frecuentes de los ataques de ransomware. Estos ciberataques, que bloquean los sistemas informáticos a cambio de un rescate económico, generan graves consecuencias: interrupción de servicios médicos, pérdida de datos sensibles y riesgos directos para la vida de los pacientes. La falta de inversión en ciberseguridad, la obsolescencia tecnológica y la presión sobre los sistemas de salud explican la vulnerabilidad de la región. El fenómeno exige respuestas urgentes a nivel institucional, tecnológico y normativo.

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