El arranque del nuevo periodo legislativo en el Congreso de la Unión no sólo abrió los trabajos parlamentarios, sino que también exhibió una profunda fractura en Morena, marcada por lo que el senador Gerardo Fernández Noroña denunció como una auténtica conspiración interna. Sus críticas se dirigieron contra Sergio Gutiérrez Luna y Ricardo Monreal, a quienes acusó de “débiles” y de favorecer a Alejandro ‘Alito’ Moreno, dirigente del PRI, al permitirle usar la tribuna en la sesión inaugural.

La confrontación estalló cuando, en medio de señalamientos de ‘narcopolíticos’ y acusaciones de una supuesta ‘narcodictadura comunista’, el presidente de la Cámara de Diputados permitió a Moreno y a Rubén Moreira extender sus intervenciones, mientras negó la palabra al propio Noroña. Para el legislador,

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