La fórmula que debería guiar la acción climática global esconde un sesgo que favorece a quienes más han contaminado y penaliza a los más vulnerables. Economías históricamente responsables —como China, Estados Unidos o Canadá—, han podido retrasar recortes drásticos, mientras que países con menor responsabilidad histórica y recursos limitados cargan con una parte desproporcionada del esfuerzo.

Es la sentencia de un estudio internacional liderado por Yann Robiou du Pont, investigador en la Universidad de Utrecht especializado en justicia climática. La investigación, publicada en Nature Communications , cuestiona cómo se han repartido hasta ahora los compromisos bajo el Acuerdo de París, señalando que los métodos tradicionales de reparto justo —conocidos como “fair share”—, refuerzan la in

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