Algunos colombianos, con su nivel de ambición alto y su debilidad por la plata fácil, en ocasiones, prefieren buscar indemnizaciones exorbitantes o reconocimientos económicos exagerados sobre servidumbres que pasarían por sus predios, a permitir el desarrollo de proyectos de impacto para sus regiones, municipios o veredas, entorpeciendo el crecimiento de sus propias comunidades y el desarrollo social en todos los ámbitos. Claro, en otras ocasiones es necesario detener a gigantes destructores del medio ambiente, de la biodiversidad y de los recursos naturales, pero no siempre es así.

Por supuesto, quisiéramos siempre seguir percibiendo a las comunidades indígenas como un grupo significativo, representativo y especial para la identidad de nuestro país, aprendiendo de ellos todos sus conocim

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