El Senado argentino se prepara para rechazar el veto del presidente Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. La oposición ha logrado reunir el quórum necesario, con 39 legisladores presentes, y se espera que la sesión, programada para hoy, sea decisiva. Si se aprueba el rechazo, el veto presidencial quedará sin efecto, obligando al Gobierno a promulgar la ley.

Javier Milei había anticipado que, en caso de que el veto fuera rechazado, buscaría judicializar la situación. En una entrevista, afirmó: “Supongamos que me rechazan el veto. Bueno, yo eso lo voy a judicializar. No va a tener efecto ni en el gasto público ni en la cantidad de dinero”. Sin embargo, la oposición, liderada por el kirchnerismo y apoyada por varios senadores de la UCR y del PRO, está decidida a avanzar con la legislación.

La Ley de Emergencia en Discapacidad, que busca garantizar derechos fundamentales para las personas con discapacidad, ha sido respaldada por un amplio consenso en la Cámara de Diputados, donde fue aprobada con 172 votos a favor. La ley incluye medidas como la actualización de aranceles del Sistema de Prestaciones Básicas de Atención Integral y la creación de nuevas pensiones por discapacidad.

El impacto fiscal de la ley se estima entre el 0,22% y el 0,42% del PIB, según un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso. A pesar de las preocupaciones del Gobierno sobre el costo de la ley, la presión de las familias de personas con discapacidad ha crecido, especialmente en medio de un escándalo por presuntas coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS).

La sesión de hoy también abordará la regulación de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU), una herramienta clave para el Gobierno. La oposición busca limitar el uso de los DNU, estableciendo plazos para su tratamiento en el Congreso y eliminando la sanción tácita que permite su vigencia sin aprobación.

La situación en el Senado es tensa, y se espera un debate acalorado. La oposición se siente empoderada y lista para anotar una victoria legislativa significativa, que podría marcar la primera vez en más de 20 años que un Congreso logra voltear un veto presidencial. La última vez que esto ocurrió fue en 2003, durante la presidencia de Eduardo Duhalde.