La Corte Constitucional ratificó la prohibición de las corridas de toros en Colombia y fue más allá: ordenó también acabar con las cabalgatas, el coleo, las corralejas y las peleas de gallos. La decisión se sustentó en dos puntos centrales: la protección de los derechos de los animales y la necesidad de cuestionar el sentido ético de estas prácticas que, aunque tradicionales, están cargadas de violencia.

Con este fallo, la Corte cerró un debate que durante años enfrentó a defensores de los animales con quienes querían mantener estas expresiones culturales. La medida marca un antes y un después en la legislación del país. La sentencia, adoptada de manera unánime, dejó un mensaje claro: cualquier práctica que implique maltrato animal contradice los principios constitucionales de la dignid

See Full Page