El cuerpo a cuerpo de Aena y Ryanair podría hacer tambalear a la economía española, asestándole un golpe donde más duele: en el turismo. El órdago a la aerolínea irlandesa low cost podría descarrilar un millón de plazas menos en la programación de los aeropuertos españoles.
La aerolínea ya ha anunciado que, si la política del ente que dirige Maurici Lucena no cambia, moverán el tráfico hacia Portugal, Marruecos o Italia.
Para bien o para mal, la economía española depende del turismo , que representa un 12% de su PIB. Y no es momento de egocentrismos ni de jugar a ser Dios.
Aena no debería excederse con la subida de tasas y arriesgarse a perder a su mayor operador. Menos aún con la recaudación y sus márgenes en máximos. No tiene necesidad de hacerlo.