Matilde Muñoz era una nómada moderna, una gallega de 72 años que amaba recorrer el mundo. No era la primera vez que la exazafata y profesora de yoga partía hacia tierras del Sudeste Asiático, de hecho, sabía moverse a la perfección entre las islas indonesias. Tampoco se estrenaba en el hotel Bumi Aditya, donde se había hospedado cuatro años durante sus vacaciones. Nada la preparó para el que sería su último viaje, una pesadilla que conmocionó a dos continentes. Desaparecida en julio en la paradisíaca isla de Lombok (Indonesia), su rastro se desvaneció entre mentiras, retrasos oficiales y la angustia de una familia que luchó contra la Administración y el silencio. Dos meses después, la horrible verdad salió a la luz: había sido asesinada en su hotel y su cuerpo fue trasladado de escondite e
Cronología del asesinato de Matilde Muñoz en Indonesia: mensajes falsos, mentiras, dos detenidos y demasiadas incógnitas
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