Estados Unidos y sus aliados europeos, a pesar de sus diferencias y de las dudas que plantea siempre la actitud voluble de Donald Trump, siguen mostrando un mínimo de cohesión ante la guerra de Ucrania. Ayer confirmaron su voluntad común de imponer más sanciones económicas a Rusia, sobre todo en el ámbito energético, para obligarla a negociar un alto el fuego, así como de ofrecer garantías de seguridad a Kyiv cuando cesen las hostilidades.
Una nueva reunión en París de la llamada coalición de voluntarios , formada por 35 países en su mayoría europeos (pero a la que pertenecen también Turquía, Australia, Nueva Zelanda, Canadá y Japón), contribuyó a solidificar el respaldo a Ucrania y la presión sobre Vladímir Putin. Después de este encuentro híbrido, con algunos líderes presentes en el E