El Radar
Por Jesús Aguilar
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Se acaba la semana y lo más relevante fue la visita del secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, en donde dejó claro que no hubo un acuerdo de seguridad como el que la presidenta Claudia Sheinbaum había prometido.
El golpe político es evidente: durante semanas generó expectativas de un convenio formal, jurídicamente vinculante, que supuestamente marcaría una nueva etapa en la cooperación bilateral. Lo que en junio fue presentado como un “acuerdo inminente”, terminó dos meses después reducido a un simple programa de cooperación en seguridad fronteriza, un esquema operativo sin fuerza obligatoria.
La narrativa oficial mexicana se desinfló. Estados Unidos envió un mensaje inequívoco: México no es un socio en igualdad, sino un “mal