TESTEANDO

Guillermo Ochoa es un portero que se convirtió en bandera. Desde que debutó con el América en 2004 , sus guantes parecían hechos para noches grandes: títulos de liga , protagonismo inmediato y el aura del “nuevo guardián” del arco mexicano . Tardó en dar el salto a Europa, y aún así, demostró sus ganas de crecer a pesar de los sacrificios , con una carrera que, aunque irregular en lo colectivo, lo mantuvo vigente en la élite del futbol internacional durante más de una década .

En Francia defendió al Ajaccio , donde se convirtió en ídolo de un club pequeño que sobrevivía gracias a sus atajadas imposibles . Después vinieron pasos por Málaga y Granada en España , donde la lucha contra el descenso lo expuso constantemente , pero también lo catapultó con actu

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