El tomate , protagonista de la dieta mediterránea y de numerosas cocinas alrededor del mundo, alcanza su mayor consumo durante el verano, cuando llega a su punto óptimo de maduración y se convierte en ingrediente clave de ensaladas, salsas y gazpachos.

Más allá de su valor culinario, esta hortaliza destaca por su riqueza nutricional y los múltiples efectos positivos que ofrece a la salud.

Según la Fundación Española de la Nutrición (FEN), en colaboración con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el tomate está formado en gran parte por agua y apenas aporta 22 calorías por cada 100 gramo s, lo que lo convierte en un alimento ligero y accesible para distintos planes dietéticos.

Entre sus componentes se encuentran hidratos de carbono, fibra, proteínas, potasio, selenio y vita

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